Este post ha surgido de la necesidad: mi mujer, para comer hoy me dejó encargado hacer una tortilla de judías verdes, y como ni es plato de entrada de blog, y, aparte no es de mis favoritos, hemos decidido reconvertirla.
Y nada mejor para hacerlo que empezar reciclando, que tal y como están las cosas no parece ser mala idea. (Si no, observen en mi caso el estado de la jamonera)
A lo que ibamos, que ya está bien de palique, y aquí se viene a comer.
Esta vez haremos un sofrito de ajo y cebolla, en un poco de aceite que tenía de haber frito pimientos, que en esta cocina no se tira nada. Cuando empieza a dorar añadimos un buen trozo de lomo de orza cortado en tacos, en mi caso el último superviviente de la matanza. Como me parecía poco, y ya que estamos acabando con las existencias, también, ¿por que no? una "tajá" de chorizo de la orza contigua hecha rodajas.
Salpimentamos al gusto, y añadimos las judías verdes, previamente cocidas, con
un chorreón de vino por aquello de los aromas y esas puñetas que dicen los cocineros.
Una vez evaporado el vino, viene a ser el tiempo justo de tomarse otro con gaseosa, que en la cocina en estos tiempos se pasa mucho calor; como decía, acabamos incorporando un par de tarros de tomate, y si pueden ser de las conservas caseras, mejor que mejor.
El resultado es el que veis a continuación:
Y tras este veraniego almuerzo, me despido a punto de iniciar otra veraniega actividad: la siesta.
Salu2
Salu2
ermaestro
